El mundo compara a Milei con Trump y Bolsonaro: ¿en qué se parecen y en qué se diferencian verdaderamente?

Horas después de que el conteo oficial asegurara el sorpresivo batacazo del líder libertario Javier Milei en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo, el diputado federal brasileño Eduardo Bolsonaro no pudo contener su asombro en las redes sociales, ni ocultar su entusiasmo por una victoria que tomó como propia.

“Milei gana las primarias en Argentina. Si sacaba el 25% ya era un vencedor; obtuvo más del 30″, posteó en su cuenta de Twitter el tercer hijo del exmandatario Jair Bolsonaro. Y agregó: Hace un año era un sueño, luego se convirtió en un objetivo y hoy es una realidad. Un excelente comienzo para lo que podría ser el verdadero cambio que Argentina necesita. Con vecinos libres de socialismo, Brasil tiene un ambiente más favorable para retomar el camino de la libertad. Aguante Milei”.

Obrigado pela lembrança, @JMilei.Certamente todos os citados – e que o apoiam – são pessoas que lutam por liberdade, num mundo onde o Estado/casta seja menor. Isto nos une.#VLLC 🇧🇷 @jairbolsonaro 🇨🇱 @joseantoniokast 🇪🇸 @Santi_ABASCAL 🇪🇸 @vox_es pic.twitter.com/mxS4LvII8H

— Eduardo Bolsonaro🇧🇷 (@BolsonaroSP) August 15, 2023

Contra todo pronóstico –las encuestas lo anclaban en un tercer puesto– el resultado del domingo deja a Milei posicionado como un candidato competitivo para desembarcar en la Casa Rosada. Y ante este panorama, medios de todo el mundo analizaron el auge del libertario en el espejo de otros dos movimientos de expresidentes que patearon el tablero político en democracias regionales: el fenómeno de Donald Trump en Estados Unidos y el de Jair Bolsonaro en Brasil.

Consultado anoche en La Nación+ sobre su opinión respecto a las comparaciones con estas figuras de la derecha, Milei respondió brevemente: “Yo esperaría ser solo un discípulo de Alberdi”.

En la antesala de estos parecidos están los lazos estrechos entre el líder de La Libertad Avanza y sus colegas en estos dos países, sobre todo en Brasil. En febrero de este año, Milei se comprometió con Jair Bolsonaro, a través de una videollamada, a unir fuerzas “contra el socialismo en el continente sobre la base de los valores de Dios, patria, familia y libertad”. Y, pese a no mantener un vínculo formal con el aspirante a ocupar nuevamente la Casa Blanca, Milei sostuvo en enero pasado que su “afinidad con el Partido Republicano” es clara y “que existe la posibilidad de tener contacto con el expresidente Trump”. Además, Milei mantiene vínculos con el think tank Instituto Republicano Internacional (IRI, por sus siglas en inglés).

Lo cierto es que, si bien pueden establecerse ciertos paralelismos entre Milei, Bolsonaro y Trump, existen componentes que hacen que estos fenómenos difieran en aspectos fundacionales.

“Trump y Bolsonaro se parecen más entre ellos de lo que los dos se parecen a Milei, si bien Milei tiene elementos tanto de Trump como de Bolsonaro”, explicó en conversación con LA NACION Juan Negri, director de las licenciaturas en Ciencia Política y Gobierno y en Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella.

Los analistas consultados por este medio coinciden en que la mayor analogía se encuentra en el estilo, siendo los tres líderes personalistas y populistas de derecha en cuanto a su estrategia política. “Son líderes con los cuales los seguidores se identifican. No son casos de votar por ideas o por partidos, sino por la identificación con un líder. Y el populismo es esencialmente eso: la estrategia de un líder personalista que apela al apoyo de un amplio número de seguidores con los cuales tiene una relación no medida ni por un partido ni por una idea”, profundizó el politólogo argentino y profesor de la UCA y Ucema, Ignacio Labaqui.

En este sentido, las tres figuras representan un sentimiento anti statu quo. El discurso “anticasta” de Javier Milei se visibilizó en la campaña de 2016 del republicano estadounidense bajo el lema “Drenar el Pantano” (“Drain the Swamp”), en un mensaje contra las dos sucesivas administraciones del demócrata Barack Obama. Mientras que Bolsonaro vociferaba en los días previos a resultar vencedor de la contienda presidencial de 2018: “vine para fusilar a todos los petistas”.

Prevalece en todos los casos “un discurso bastante rupturista con lo anterior, como cierta idea de etapa cumplida y de que lo que está no va más”, sumó en esa misma línea Negri.

No menor es su fuerte presencia en las redes sociales, donde los tres se comunican e interactúan directamente sus votantes, ya sea a través de Twitter o en canales de streaming o YouTube como los seguidores de la Libertad Avanza.

Negacionismo del cambio climático, antiaborto, a favor de la libre portación de armas. Estos son algunos de los ideales que comparten dentro de su “conservadurismo social”, puntualizó el politólogo. Y ya se prevé que Milei aplique medidas afines, como mover la Embajada de Argentina en Israel a Jerusalén, como hizo Trump.

No obstante, es aquí donde resaltan algunas diferencias. Durante su mandato, Bolsonaro acumuló comentarios homófobos (“tenemos que dejar de ser un país de maricas”, dijo en un acto en el Palacio presidencial en 2020). Trump asegura que le parece “bien” el matrimonio entre personas del mismo sexo, es apoyado por el movimiento “gays for Trump” y es considerado por el ala dura del partido republicano como una figura “demasiado a favor de los homosexuales”, a pesar de que durante su mandato anuló y vetó una sumatoria de leyes que protegían a la comunidad LGBTQI+. Milei, en tanto, ha dicho que la sexualidad “es una elección personal” que no puede estar condicionada por el Estado, por lo que se opone al concepto en sí del matrimonio (independientemente del sexo de las parejas), entendido como “institución” moderada por el aparato estatal.

Milei es libertario. Más que promercado, es antiestado. Y esto es importante para entender por qué, por ejemplo, quiere cerrar el Ministerio de las Mujeres. Él no quiere que las minorías tengan un cupo porque eso es una interferencia del Estado”, detalló a LA NACION Nicolás Saldías, analista senior de la Unidad de Inteligencia de The Economist para América Latina.

Saldías remarca acá otra diferencia: la cuestión religiosa. Bolsonaro es respaldado por una amplia base evangelista y en Estados Unidos la religión siempre juega un rol clave en las elecciones – al igual que el factor racial–, y de cara a la contienda de 2024, Trump cuenta con el apoyo de una parte significativa de votantes cristianos conservadores, según una encuesta de Reuters. Católico pero inclinado hacia el judaísmo, los ideales de Milei “no están basados en cosas religiosas”, advirtió el experto.

En materia económica, “Trump era más bien pro empresa y proteccionista, bastante nacionalista, y Milei pro mercado y apertura”, analizó Labaqui. “Bolsonaro como presidente lo llevó a Paulo Guedes, un economista bastante liberal, al Ministerio de Economía”, agregó.

La mayor diferencia radica en la consolidación de sus partidos y en su base de apoyos. De consagrase ganador en octubre, Milei llegaría al poder “sin aparato, sin estructura para gobernar”, apuntó Saldías, dado que tendría solo 40 bancas en la Cámara baja y 8 en el Senado, según las proyecciones de las PASO, y ni un solo gobernador. Trump logró cooptar a la histórica maquinaria del Partido Republicano, mientras que Bolsonaro llegó al poder con el Partido Social Liberal (PSL, fundado en 1994), con el que luego rompió para unirse más tarde al Partido Liberal (PL).

“Bolsonaro es militar y tenía un apoyo más orgánico de las Fuerzas Armadas, además de estar apoyado por el establishment empresarial y una importante bancada agraria, algo que no pasa con Milei”, indicó Negri.

Por su parte Trump “cosechó muchos votos de la clase trabajadora blanca que tradicionalmente, desde los años 30 con Roosevelt, eran parte de la coalición demócrata. Con el proceso de privatizaciones y la expansión del mercado, estas personas eran de clase media y dejaron de serlo, por lo que cooptó a los demócratas cansados de la economía”, mencionó Saldías.

Los analistas coinciden en que Milei es el más outsider de los tres, y en todo caso, se asemejaría más al magnate estadounidense que al exdiputado brasileño, que tenía más de 20 años de trayectoria política antes de asumir.

En todo caso, más allá de las comparaciones, el aspirante a la presidencia de Argentina podría tomar como lección los mandatos de estos dos expresidentes. En palabras de Labaqui: “El caso de Bolsonaro [que contario a lo que pregonaba acabó por negociar con el Centrao para poder gobernar] deja una elección de dos posibilidades en el caso de que Milei eventualmente gane sin apoyos en las cámaras: una forma muy inestable de gobernabilidad y que probablemente termine muy mal que es gobernar por decreto y utilizando la herramienta de la consulta popular no vinculante, y la otra, más estable, es armar una coalición con sectores del peronismo y del pro que estén más a la derecha, o sea, tranzar con la casta”.

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