Qué se juega Juan Schiaretti con su candidatura y qué hará después de las PASO

CÓRDOBA.- El cordobés Juan Schiaretti había empezado a barajar su candidatura presidencial con la expectativa de que algunos gobernadores no adscriptos al kirchnerismo ortodoxo se sumaran. No fue así; aun con diferencias y algunos sin mucho entusiasmo, decidieron no sacar los pies del plato. Schiaretti siguió adelante y llega a las PASO con la presunción de que podrá lograr 5% y, de cara a octubre, sumar algo más del “centro más racional”. En el medio hubo un coqueteo con Horacio Rodríguez Larreta, quien lo invitó a una PASO ampliada de Juntos por el Cambio (JxC) que la alianza no aceptó.

Para después de las PASO en su equipo trabajan sobre un cambio de estrategia –”no de fondo”, aclaran- convencidos de que necesitan que el cordobés sea más conocido en todo el país, ya que admiten que su decisión de concentrarse en la provincia hasta hace pocos meses lo hizo arrancar de “más atrás” en la campaña.

Después de las PASO apuntarán a captar el voto de los “sueltos” y de los “enojados” porque creen que para octubre la conducta del elector podría ser diferente a la vez que esperan que la situación económica-social seguirá debilitándose.

“Post octubre volveremos a plantear la necesidad de un gobierno de coalición entre los sectores convencidos de que hay coincidencias básicas a las que hay que suscribir -sostiene un dirigente del círculo chico de Schiaretti-. La idea de ‘nos la arreglamos solos’ no va”.

La estrategia del cordobés se facilitaría si el ganador de la PASO de JxC fuera Rodríguez Larreta ya que tiene la decisión de ampliar la base de la alianza opositora. Los allegados al “Gringo” no descartan, incluso, que si el jefe de gobierno porteño fuera electo presidente el cordobés podría tener un lugar en el gabinete.

Ni Schiaretti ni Rodríguez Larreta volvieron a hablar de un potencial “frente de frente” después del tsunami que provocaron a comienzos de junio, poco antes de las elecciones a gobernador de Córdoba.

Sin embargo, la inclusión de Emilio Monzó en el equipo de Patricia Bullrich abre otras expectativas de conversación con la dirigente si ella se impusiera en las PASO. El diputado nacional por Buenos Aires proviene del peronismo y se lo reconoce como un hábil “negociador”. Los cordobeses trataron mucho con él durante la gestión de Mauricio Macri, cuando era quien buscaba consensos con el peronismo no kirchnerista.

Para hacer los cambios que el país necesita, dicen los schiarettistas, se necesita de “volumen político” y para eso “sea el que sea el opositor que gane tendrá que buscar acuerdos” por lo que insisten en que el discurso anti grieta del cordobés “tiene sentido”.

A horas de las PASO analizan que aun en la polarización hay fragmentación y todas las alianzas son “débiles” y susceptibles de cambiar, por lo que “ningunear consensos más amplios” es una “necedad o una ingenuidad”.

Los schiarettistas confían en que Córdoba le dará a la dupla Schiaretti-Florencio Randazzo un volumen de votos significativo; reconocen que el contexto es distinto pero que tienen chances de repetir el resultado que obtuvo José Manuel de la Sota en 2015, cuando compitió en la interna con Sergio Massa. En este distrito sumó 33,17% y, a nivel país, 5,9%, con lo que se impuso el tigrense. Ese año -con Macri a la cabeza de los tres candidatos que tenía- la alianza Cambiemos sumó 35,38%. Hace cuatro años, Macri alcanzó 50,09%.

Puertas adentro, la candidatura de Schiaretti le permite mantener un perfil alto después de las elecciones provinciales, las que marcaron un recambio generacional en el peronismo cordobés con Martín Llaryora tomando protagonismo y posicionándose a nivel nacional a partir de la frase “pituquitos de Recoleta”. En la Casa de Gobierno reconocen que no es el estilo del “Gringo” pero que sirvió para hablar de “federalismo”, aunque también lo deja en un lugar incómodo para un acercamiento posterior con JxC.

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