Con Massa en el centro de la escena, los ministros-candidatos armaron sus campañas “paralelas”

La última gran postal de unidad se dio el 9 de julio, en Salliqueló, cuando junto a las principales figuras de Unión por la Patria compartieron la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner.

Después de aquella cita, que unió por última vez en un mismo acto a Sergio Massa, Cristina Kirchner y Alberto Fernández con sonrisas de ocasión en el mismo escenario, la mayoría de los integrantes del gabinete que también son candidatos en las elecciones del domingo acataron las directivas del comando electoral nacional y bajaron el perfil. En una campaña “massacéntrica”, con protagonismo excluyente del ministro de Economía, muchos de ellos se ubicaron en un segundo plano, en algunos casos para maquillar la resistencia del cristinismo hacia sus figuras, en otros para cumplir con las directivas de “mostrar gestión”, una elegante manera de correrlos de las marquesinas y que los flashes apunten, con nitidez, al ministro de Economía.

Llegados a la lista de diputados nacionales por la presión directa del Presidente y apuntados de modo directo por la ex presidenta, Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social) y Santiago Cafiero (Canciller) desarrollaron actividades en la provincia de Buenos Aires, con nulo contacto con Massa y sin participación en spots y recorridas del tigrense. “Hubiera sido raro, forzado, verlos en la primera línea”, reflexionó uno de los referentes de la campaña de UP, que no se cruzó con ninguno de ellos en las oficinas de Bartolomé Mitre al 300.

En el caso de Tolosa Paz, el contraste con la campaña legislativa de 2021, en la que fue cabeza de lista, fue evidente. Sin contacto con Máximo Kirchner, primer candidato a diputado nacional bonaerense, y “dolida” por el “palazo” de la expresidenta al cuestionarla luego del cierre de listas y de su frustrada candidatura a gobernadora bonaerense, Tolosa Paz se mostró con el Presidente en distintas oportunidades, recorrió localidades, dio entrevistas y sostuvo a distancia el apoyo a Massa y la reelección de Axel Kicillof.

También cercano al frustrado proyecto presidencial de Daniel Scioli, y luego de defender en los medios su derecho a ser candidato, Cafiero recorrió nueve municipios, siempre “linkeado” a su gestión como jefe de la diplomacia nacional, con pymes exportadoras e intendentes de la provincia más poblada del país.

“Massa le pidió fortalecer la gestión, y era lógico que el centro lo ocupara él, que tiene que mostrar talento y sex appeal de candidato”, dicen desde el Palacio San Martín. Al igual que Tolosa Paz, Cafiero también se mostró en las últimas semanas con el Presidente, raleado de la campaña por el tándem Massa-Eduardo de Pedro, el ministro del Interior que fungió como jefe de la campaña del tigrense y, a la vez, cabeza de lista de senadores nacionales por la provincia.

A diferencia de Cafiero y Tolosa Paz, y asumiendo su rol de compañero de fórmula del tigrense, el jefe de gabinete Agustín Rossi cumplió un activo papel como frontman en los medios de comunicación, teniendo su propia agenda y, a la vez y en acuerdo con Massa, participando de distintos actos a su lado. “Se complementaron bien”, dicen cerca del rosarino, reacio a las reuniones de gabinete y uno de los defensores de las PASO como herramienta para elegir a su sucesor que pedía el Presidente. Una pelea que finalmente quedó reducidas a la a priori desigual batalla entre Massa y la lista encabezada por Juan Grabois.

La “vocería” informal que encarnó Rossi también tuvo como representantes designados a los ministros Matías Lammens (Turismo) y el massista Diego Giuliano (Transporte), marginados del centro de la escena pero dedicados, con esmero, a difundir sus tareas específicas. Lammens, cabeza de listas de legisladores porteños, dedicó buena parte de sus apariciones a defender el “boom” del turismo y el Pre-Viaje, su creación desde el ministerio. Sin la confianza de La Cámpora, se lo vio poco y nada cerca de Leandro Santoro, candidato a jefe de gobierno porteño, el lugar que ocupara Lammens en 2019 y en el que consiguió históricos 35 puntos, lejos de todos modos del ganador, Horacio Rodríguez Larreta. Con cercanía probada a Massa, Giuliano cumplió con el pedido de “difundir todo lo que se hace” y se dedicó los fines de semana a viajar a Rosario, en su rol de tercer candidato a diputado nacional por Unión por la Patria.

Distanciado también del kirchnerismo de paladar negro, Martín Soria fue tal vez el menos visible de los ministros-candidatos. El titular de la cartera de Justicia, cabeza de lista unificada de diputados nacionales por Río Negro, apareció a mediados de julio para anunciar la intervención, por parte de la IGJ, de la asociación civil de Patricia Bullrich, que según él “era una pantalla para recaudar fondos para financiar las actividades políticas”, de la candidata a presidenta de Juntos por el Cambio, quien englobó la denuncia en una “campaña sucia” del oficialismo.

Antes y después, Soria combinó actos y fotos de gestión con presencia en su territorio, con epicentro en General Roca (allí gobierna su hermana María Emilia) y sin apoyo tangible de la conducción de la campaña oficialista.

“Cada uno de los ministros cumplió su rol. Massa estuvo en el centro, y lo estará más aún a partir del lunes”, resumen en el búnker de campaña, aunque las diferencias quedaron allí, plasmadas en la distancia de varios de ellos de las decisiones centrales de la complicada campaña de Unión por la Patria.

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