Con las reservas netas en terreno negativo y a la espera del resultado de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Brasil y China en busca de divisas, el Gobierno se reunió con las petroleras YPF, Shell y Trasfigura (Puma) para pedirles que financien sus importaciones de nafta y gasoil por los próximos 90 días, ya sea con sus casas matrices o con bancos internacionales. De esta forma, se ahorraría unos US$150 millones al mes.
Una fuente que participó del encuentro -que contó con la presencia del presidente del Banco Central, Miguel Pesce; el secretario de Comercio, Matías Tombolini, y la secretaria de Energía, Flavia Royón- dijo que el mensaje fue que, desde ahora, cuando haya que importar energía o combustible, ya no se puede acceder al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). “Se quitó la excepción que tenían los combustibles, por la cual las SIRA salían a las 24 a 48 horas. Las importadoras tienen que conseguir financiación de un banco internacional o de casa matriz por 90 días y después de ese plazo se debería poder recuperar eso que el que importó puso”, explicó.
Sin embargo, desde una de las petroleras señalaron que las empresas van a tener que usar dólar para importar cuando en el país venden en pesos y a precio regulado. También remarcaron que “el otro problema” es la alta demanda en la frontera por la brecha cambiaria. “Es complicado importar para satisfacer una demanda que se genera por la brecha cambiaria. Hoy tenés camiones que se cruzan a la Argentina desde Paraguay, Chile o Brasil, cargan combustible y se vuelven; y en el medio de todo esto tenés un acuerdo de precios con aumentos del 4% mensual”, agregaron.
Según el Gobierno, el objetivo es “optimizar el uso de las divisas, así como lo hicieron con el sector de los medicamentos y en función de la sequía, para mantener un flujo que permita sostener una demanda que crece”.
“Como crece la demanda, necesitamos ordenar el consumo de divisas. En la Argentina crece la producción, lo mostró el EMAE. En el país crece la demanda de combustible 6% y, por lo tanto, necesitamos reordenar el pago de eso. No hay ninguna restricción, lo que hay es una priorización”, dijeron en el Ministerio de Economía.
Antecedente
Hace una semana, el Banco Central lanzó un nuevo sistema que busca financiar importaciones, con el objetivo de “mitigar los efectos producidos por la sequía”. Con esta medida se preveía poder financiar unos US$3000 millones y, así, en los próximos meses, quitarle presión a las magras reservas, que en sus niveles netos, según analistas, ya son negativas por alrededor de US$1300 millones.
El nuevo sistema permite a las empresas que actúan como importadoras y a su vez exportadoras financiar la compra de insumos con sus propios proveedores o bien con líneas de crédito internacional de bancos extranjeros o locales. “Con este nuevo instrumento, se espera que las industrias puedan regularizar las cadenas de producción, garantizando un flujo previsible y constante de insumos, a un costo financiero menor”, expresó en ese entonces el BCRA a través de un comunicado enviado a los medios.
La entidad que conduce Pesce aclaró, además, que el funcionamiento de la nueva herramienta sigue teniendo como “punto de partida” el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), cuestionado por buena parte del sector empresarial desde que comenzó a regir, en octubre de 2022. “La normativa adopta una herramienta ya existente y la aplica a la financiación de importaciones, logrando distribuir en el tiempo la menor disponibilidad de divisas por efecto de la sequía que afectó a la producción agropecuaria”, aseguraron.
La medida fue conversada con bancos, automotrices y diversas empresas, pero apuntaba a cualquier grupo económico importante que requiriera importar bienes de capital o insumos y luego también exportara su producción.
