Frente a Macron, el Papa defendió a los migrantes y denunció las muertes en el Mediterráneo

PARÍS.- En el segundo día de su visita a la ciudad francesa de Marsella, el Papa Francisco pronunció hoy un nuevo alegato en favor de la acogida de los migrantes. Clausurando los trabajos de los Encuentros Mediterráneos —un ciclo de conferencias consagrado a los desafíos de la región—, ante la presencia del presidente Emmanuel Macron, el pontífice denunció las muertes en el Mediterráneo.

Los migrantes no invaden. Buscan la hospitalidad”, declaró Francisco al clausurar los trabajos de los Encuentros Mediterráneos en el palacio del Faro. “Hay un grito de dolor que resuena más que cualquier otro y que transforma el Mare Nostrum (nombre latino con el cual se llama al Mediterráneo) en Mare Mortum. El Mediterráneo, cuna de la civilización, se ha vuelto tumba de la dignidad. Son los gritos apagados de nuestros hermanos y hermanas migrantes”, advirtió.

En su discurso, el Papa volvió a lanzar un llamado a la “responsabilidad europea” frente al fenómeno migratorio y repitió una y otra vez los riesgos que corren los migrantes en el mar para llegar al Viejo Continente, sin intenciones de “invadirlo”. A su juicio, el fenómeno migratorio no es tanto una urgencia momentánea, “siempre útil para suscitar una propaganda alarmista”, sino un hecho contemporáneo. Los europeos, dijo, deben ser capaces de enfrentar “las dificultades objetivas” que plantea.

Después de haber asistido a la última sesión de los Encuentros Mediterráneos, el Papa se retiró junto al presidente francés —a quien tomó afectuosamente del brazo antes de instalarse en su silla de ruedas— para una reunión en privado. En su tercer encuentro es desde 2007, ambos hombres pudieron seguramente disfrutar de la vista incomparable que permite el suntuoso palacio del Faro. Instalado en lo alto del Viejo Puerto de Marsella, ese imponente monumento secular construido por Napoleón III, ofrece desde sus jardines y sus ventanales una vista única del luminoso litoral de la segunda ciudad de Francia.

Ahí mismo, entre la catedral de La Major y la basílica Notre-Dame-de-la Garde, bajo la mirada protectora de la “Bonne Mère” —como apodan los marselleses a su basílica— ambos hablaron durante casi una hora.

Es un diálogo que los dos mantienen desde hace tiempo sobre los grandes temas internacionales”, declaraba ayer el Palacio del Elíseo.

En la agenda, habrá figurado Ucrania y la situación en África. También es probable que hayan evocado el Líbano y Haití. “Hay una verdadera convergencia de puntos de vista en el hecho de buscar soluciones a nivel europeo y obtener una mayor colaboración de los países de partida de los migrantes”, agregaba el Elíseo.

Ello no impide que los consejeros presidenciales evoquen la diferencia entre “política y espiritualidad” cuando se alude a la oposición de Francisco al actual proyecto del ejecutivo francés sobre la llamada “ley sobre el fin de la vida”, que prevé, sobre todo, autorizar el suicidio asistido.

“¿Quién escucha los gemidos de los ancianos aislados que, en vez de ser valorizados, son confinados con la expectativa falsamente digna de una muerte apacible, pero que, en verdad, es más salada que el agua del mar?”, se preguntó Francisco en una diatriba sobre el “falso derecho al progreso”. Difícil cuestión retórica a la cual Macron seguramente no pudo responder.

MySocialGoodNews.com
Logo
Enable registration in settings - general
Shopping cart