La cumbre de los Brics busca un nuevo orden internacional que empodere al “sur global”

PARIS.- En vísperas de la cumbre que reunirá en Johannesburgo a los cinco países del Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), el presidente de este último país, Cyril Ramaphosa, defendió hoy la opción de no-alineamiento adoptada por una inmensa mayoría de naciones que, desconfiando del mundo desarrollado, constituyen el nuevo “sur global”.

Sudáfrica “no se dejará arrastrar a una competencia entre potencias mundiales”, advirtió Ramaphosa. La 15ª. cumbre de los Brics, reunidos en la capital sudafricana entre este martes y el jueves, se realiza en un contexto de división en la escena internacional atizada por la guerra en Ucrania.

Pretoria -así como Pekín y Nueva Delhi- se niega a condenar a Moscú por su invasión a Ucrania, afirmando favorecer el diálogo, pero siendo blanco de críticas del bloque occidental.

“Nuestro país se ha comprometido con una política de no-alineamiento”, insistió el presidente en televisión. “Hemos resistido a muchas presiones para obtener nuestro alineamiento en favor de una u otra potencia mundial o incluso de bloques influyentes de naciones”, agregó.

El grupo de los Brics, que produce un cuarto de la riqueza mundial, reivindica un equilibrio económico y político mundial multipolar, sobre todo frente a Estados Unidos y la Unión Europea.

Brazilian President Lula da Silva arrives in South Africa ahead of BRICS Summit. pic.twitter.com/Sg2DsFFeQ7

— BRICS (@BRICSinfo) August 21, 2023

En la cumbre estarán presentes los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y de China, Xi Jinping. India lo hará a través de su primer ministro, Narendra Modi, y Rusia de su ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov. Objeto de un mandato de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI) por “crímenes de guerra” en Ucrania, Vladimir Putin participará por videoconferencia.

Además de los cinco miembros oficiales del Brics, cerca de 50 países asistirán a la cumbre. Casi todos han solicitado la adhesión al bloque. Entre ellos viajarán a Johannesburgo representantes de la Argentina, Irán, Bangladesh o Arabia Saudita. Prácticamente la totalidad de ellos adhiere al concepto de “sur global”.

La noción de “sur global” apareció en los años 1980 para remplazar a la de “tercer mundo”, teorizada 30 años antes en el contexto de la guerra fría.

“El tercer mundo designaba un conjunto de países que no eran ni Este ni Oeste”, explica Bertrand Badie, profesor de Economía en Sciences-Po.

“Pero con la caída del Muro de Berlín, que puso fin a la oposición entre los dos bloques y permitió la emancipación de nuevas naciones, hubo que hallar otro término”. Fue entonces, al final de la guerra fría, que los conceptos de “Sur” y después de “Sur global” suplantaron progresivamente al de “tercer mundo”.

Es verdad que el “sur global” puede ser definido en términos geográficos, políticos o económicos. Pero cada uno de esos criterios traiciona la ambigüedad de la noción.

“Los países que lo conforman se caracterizan por un débil PIB y, sobre todo, por una situación desfavorable en términos de índice de desarrollo humano”, señala Badie.

Deniz Ünal, economista especialista en economías emergentes en el Centro de Estudios, Prospectivas e Informaciones Internacionales (CEPII) confirma: “En términos de riqueza, actualmente se puede dividir el mundo en dos. Por un lado están los países ricos y avanzados y, por el otro, el resto de aquellos que conforman el ‘sur global’. Y esto significa clasificar a Australia o a Nueva Zelanda entre los países… del Norte”.

Nuevo orden internacional

En todo caso, la guerra de Ucrania no solo reveló los cambios que se han producido en el mundo en 30 años, sino que aceleró la recomposición de alianzas en ese nuevo orden internacional. Así, a pesar de su heterogeneidad política y económica, los países del “sur global” se niegan a sumarse a la estrategia de aislamiento de Rusia adoptada por Occidente. Ninguno de ellos quiere tomar parte en una guerra que consideran extranjera, a pesar de que padecen las consecuencias, debido a la explosión del precio de la energía o de los cereales.

En su gran mayoría, esos países consideran el conflicto en Ucrania como un arreglo de cuentas entre europeos y denuncian una política hipócrita de “doble rasero” de los occidentales, que ayudan masivamente a Ucrania, abren sus puertas a sus refugiados, pero se desinteresan -afirman- de los conflictos que sacuden otras regiones, tanto en África como en América Latina o Medio Oriente.

Por innumerables razones esos países reclaman el fin de la “hegemonía occidental” y se dejan convencer por China y por Rusia, que consiguieron apoderarse del liderazgo de esa corriente y ofreciéndoles un modelo alternativo juzgado seductor. La India de Narendra Modi, el Brasil de Lula, los países de África francófona y muchos otros aliados de Occidente han tomado distancias con el Oeste.

Muchos de esos gobiernos del “sur global”, que generalmente no son muy apegados a los derechos humanos y los valores occidentales, parecen cada vez más convencidos por la propuesta china de un “nuevo modelo de modernización”, concebido como alternativa al modelo estadounidense que, según Pekín, “fracasó”.

No obstante, a juicio de Bertrand Badie, “convirtiendo a Estados Unidos y a Europa en los principales responsables del desorden mundial, olvidan mencionar que buen número de ellos también fueron colonizadores, a veces incluso en Europa, como Turquía; que las guerras que lanzan son más violentas y destructoras que las intervenciones occidentales; que, en su gran mayoría, esos países se beneficiaron ampliamente de la mundialización y que, a nivel nacional, difícilmente puedan dar lecciones a los occidentales”.

MySocialGoodNews.com
Logo
Enable registration in settings - general
Shopping cart