Elecciones 2023: Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta disputan una interna decisiva para el futuro de Juntos por el Cambio

La moneda está en el aire. Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, protagonistas de la interna más disputada de los últimos años, dirimirán hoy la candidatura presidencial de Juntos por el Cambio en las PASO, un test electoral crucial que marcará a fuego la carrera hacia octubre, cuando se definirá al sucesor de Alberto Fernández.

El jefe de gobierno porteño y la exministra de Seguridad, herederos de Mauricio Macri en Pro, pondrán todo en juego en un contexto cargado de incertidumbre y tensión, no solo por el crimen de Morena Domínguez en Lanús, que provocó el final abrupto de la campaña, y el clima de violencia que irrumpió ante la muerte de un militante piquetero en la Capital, sino por el enigma en torno al grado de concurrencia que concitarán estas elecciones decisivas, debido a la apatía y malestar social. Todos esos factores alteraron los cálculos de los estrategas de JxC: en ninguno de los dos grupos tienen en claro a quién beneficiaría una baja participación o el impacto del viraje de la agenda política por la ola delictiva en Buenos Aires.

El duelo entre Larreta y Bullrich concentrará la atención prioritaria en las PASO. El veredicto de las urnas determinará quién de los dos se convertirá esta noche en el nuevo conductor de la fuerza antikirchnerista más influyente en el tablero político. El vencedor enfrentará un desafío mayúsculo a partir de que se conozcan los resultados del escrutinio provisorio. Es que, tras una puja encarnizada por el premio mayor, el que sea proclamado como candidato a presidente del JxC deberá amalgamar a los dos bandos que conviven en el bloque opositor con vistas a la pelea con el PJ en los comicios generales. Además, tendrá la tarea de darle su impronta al programa de reformas con el que JxC aspira a reconquistar el poder.

En la antesala de la compulsa, Larreta y Bullrich acordaron que aguardarán los resultados en un búnker unificado en Parque Norte, donde prevén escenificar una postal de unidad que incluirá a Macri, fundador de Pro, quien decidió correrse de la contienda y despejó el final del camino en el proceso de transición de liderazgos que se inició en la oposición con la derrota de Cambiemos en 2019.

Dueños de dos estilos disímiles de construcción política, Bullrich y Larreta también tienen visiones contrapuestas sobre cómo debería abordarse la situación crítica del país. Si bien hay coincidencias entre ambos respecto de las reformas medulares que habría que poner en marcha a partir del 10 de diciembre, apelarían a distintas recetas para ejecutar esas políticas ante el deterioro económico y social. El modelo aperturista y de consenso que Larreta promociona para darle sustento a un plan a largo plazo se medirá con el proyecto que promueve Bullrich, tendiente a impulsar un cambio rápido y profundo para alterar del statu quo. Mientras Larreta cree en el diálogo para lograr transformaciones, sobre todo con el sector del peronismo no K, ella ostenta una postura intransigente a la negociación con los poderes fácticos. Si bien evitó darle un apoyo explícito, Macri no oculta su predilección por el planteo de la exministra, a quien le dedicó varios guiños públicos y asistió en el armado de sus equipos, ya que considera que el modelo aperturista de Larreta paralizará cualquier reforma de fondo. La relación entre Macri y Larreta también se deterioró a causa de la disputa por la sucesión porteña. Otro aspecto importante será el desenlace de la interna entre Jorge Macri y Martín Lousteau (UCR) en el bastión de Pro. Por eso, las PAS de hoy se tornan decisiva para la identidad y el futuro equilibrio de fuerzas en JxC.

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Con ese trasfondo, Bullrich y Larreta se medirán en una interna multipartidaria en todo el país. En 19 de las 24 provincias, aspirantes a legisladores van colgados de sus boletas y dependen de sus performances para llegar al Congreso. Pese a que pulsean en un escenario atípico, Larreta y Bullrich arriban a la cita electoral en un clima de optimismo. Confían en sus posibilidades, ya sea por sus perfiles y sus tonos discursivos, el peso de sus aliados en el mapa electoral o las estrategias que emplearon para recolectar adhesiones. Será clave la diferencia porcentual entre ellos, pero también la cosecha de votos que saque JxC, que parte como favorito frente a un oficialismo desgastado por la inflación y el drama de la inseguridad en el conurbano.

Apuestas

Bullrich, que se reunió ayer con Macri, intentó fidelizar los votos del núcleo duro de JxC. Espera ganar en Córdoba, la Capital, Mendoza, Entre Ríos, sumar puntos en Rosario y dar el golpe en Buenos Aires, su principal debilidad hasta hace unos meses. Allí, Larreta, que se exhibió ayer con María Eugenia Vidal, espera sacar una ventaja decisiva, sobre todo, en el conurbano gracias al aporte de Diego Santilli, su carta más competitiva, y del andamiaje de los intendentes que lo respaldan, para compensar la diferencia que calcula que su rival obtendría en Córdoba -donde lo golpeó el affaire Schiaretti- o la Capital. Anhela que se replique a nivel nacional la experiencia de la elección en Santa Fe, donde el despliegue territorial, la ampliación y la campaña propositiva de un sector de JxC doblegó a los polarizadores del ala dura.

Así como el jefe porteño aspira a capitalizar la capacidad electoral que exhibía Santilli en las encuestas previas al test en las urnas, Bullrich debió redoblar esfuerzos para apuntalar a Néstor Grindetti, su candidato a la gobernación, quien atravesó una crisis en la última semana por el asesinato de Morena. Otras claves para Larreta: especula con que la mayor cantidad de los indecisos se inclinarán por su propuesta. A su vez, está convencido de que su estructura territorial y su amplio abanico de alianzas -desde el radical Gerardo Morales, influyente en el norte del país, hasta Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Claudio Poggi (San Luis) o Marcelo Orrego (San Juan)-, y los candidatos locales en provincias como Misiones o Santiago del Estero empujarán su boleta.

Larreta y Bullrich mirarán con atención el porcentaje de votos que saque Javier Milei, que se encamina a consolidarse como la tercera fuerza. Ambos pronostican una catástrofe electoral del PJ y descreen que Sergio Massa (Unión por la Patria) pueda salir ileso. Por lo tanto, suponen que el ganador de la interna se convertirá en el aspirante presidencial con más posibilidades de suceder a Fernández en octubre. A todo o nada.

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