Kicillof pone a prueba su capital político mientras Grindetti y Santilli miden músculo para sucederlo

LA PLATA. – El nuevo mapa del poder político hasta 2027 se proyectará desde la provincia de Buenos Aires a todo el país con el voto de 14 millones de electores habilitados para sufragar en el distrito que reúne el 39 por ciento del padrón electoral de Argentina.

La elección Primaria Abiertas Simultáneas y Obligatoria (PASO) que medirá a los 23 aspirantes a gobernador no sólo definirá quiénes enfrentan a Axel Kicillof en su carrera por la re elección. Más aún, develará la potencia que tiene cada una de las alianzas para ungir al nuevo presidente de la República.

Kicillof pone en juego todo su capital político: único candidato a gobernador en las boletas de Sergio Massa y Juan Grabois (Unión por la Patria), tiene el desafío de demostrar a la vicepresidenta Cristina Kirchner si su determinación de no competir por la presidencia de la Nación fue acertada, en función del poder que demuestre para retener el principal bastión del peronismo y arrastrar votos -como prometió- desde debajo hacia arriba.

Los votos de Kicillof se medirán, desde este prisma interno, con los de Massa y con los de los intendentes peronistas. Es decir: el aparato de Unión por la Patria calculará si su discurso de quedarse en su territorio para traccionar al candidato presidencial funcionó. O es, acaso, un punto de fuga entre el caudal de los alcaldes y el primer tramo de la boleta.

Para la oposición las PASO arrojarán otras definiciones contundentes: dirimirá si Diego Santilli o Néstor Grindetti se ungen como candidatos a gobernador desde Juntos, para competir con Kicillof en octubre. Santilli y Grindetti no sólo corren con la presión de demostrar que pueden movilizar votos para los postulantes a presidentes Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Uno de ellos quedará afuera de la compulsa.

Distinta es la situación de Carolina Píparo, ungida por Javier Milei para encarnar una alternativa al voto tradicional y catalizar el enojo hacia la casta política. Píparo -que tomó notoriedad durante un violento robo donde perdió un embarazo- deberá demostrar si la bandera que alzó por mayor seguridad tiene poder de convocatoria.

Todos los candidatos de la provincia quedaron interpelados por el brutal homicidio en Lanús de la niña Morena Domínguez, seguido por salvaje crimen del cirujano Juan Carlos Cruz, en Morón que pusieron la inseguridad en primer plano en el último tramo de la campaña.

Kicillof como gobernador en ejercicio medirá la aceptación o rechazo que suscita su política de seguridad. Santilli que fue secretario de Seguridad de Larreta comprobará si su discurso como reemplazante en el tema más urticante de este territorio fue efectivo. Grindetti alcalde en ejercicio del distrito donde acribillaron a Morena tendrá la oportunidad de comprobar si se lo juzgó por las fallas en su territorio o si gravitaron las promesas de más seguridad de Patricia Bullrich.

Y Píparo podrá medir si logra complementar a Milei con su oferta de mano dura. Otros aspirantes como Luis D’ Elia, podrán palpitar la convocatoria de los que buscan alternativas lideradas a nivel nacional por Guillermo Moreno. La izquierda en tanto dirime candidatos entre Alejandro Bodart (Partido Obrero) y Rubén Pollo Sobrero (PTS-Izquierda Socialista). Otras alianzas sólo miden si llegan al piso del 1.5 por ciento de los votos y si son competitivas.

Pagos chicos

Las primarias tendrán su capítulo más violento en los municipios. Hay municipios donde se presentan hasta 31 listas. Muchos de los intendentes ponen todo su capital político en juego: 101 de los 135 alcaldes buscan la re elección. Las peleas internas registrarán máxima tensión en una decena de partidos de la provincia de Buenos Aires.

Ya sea porque la interna confronta a factores de poder que buscan desplazar a los actuales intendentes o que hay múltiples líneas de la oposición que pugnan por ungirse como referentes únicos. Hay especial fervor en La Plata, La Matanza, Tigre, Moreno, Hurlingham, San Isidro, San Martín, San Miguel, Lanús, José C. Paz, Quilmes, Avellaneda y Bolívar.

En muchos de los partidos bonaerenses la oferta de candidatos a intendente supera las dos docenas. En Moreno, por ejemplo, se presentan 29 listas; en La Matanza habrá 30 boletas para intendente en el cuarto oscuro y en La Plata, 31 precandidatos.

En esta capital será una interna descarnada: Unión por la Patria presentó 5 candidatos liderado por el ministro de Justicia Julio Alak. Estos compiten para destronar en octubre al intendente Julio Garro, un aliado a Horacio Rodriguez Larreta que ahora es desafiado en el frente interno por Juan Pablo Allan, en representación de Patricia Bullrich.

En La Matanza habrá internas fuertes en los principales frentes: Juntos por el Cambio lleva tres candidatos a intendentes: Toty Flores, se enfrentará a Josefina Mendoza y a Eduardo Creus. La interna más dura se dará en Unión por la Patria, donde el actual intendente Fernando Espinoza se medirá con la dirigente del movimiento Evita Patricia Cubría.

En algunos distritos del conurbano hay menos listas pero también se anticipan peleas memorables en Unión por la Patria, donde algunos intendentes pelearán la reelección. En San Martín -donde se presentan 23 precandidatos- competirán el actual intendente, Fernando Moreira, contra un referente del Movimiento Evita y actual diputado nacional: Leonardo Grosso; en Tigre- con 22 precandidatos- se medirán el actual intendente, Julio Zamora, y la titular de AySA, Malena Galmarini; en Hurlingham- donde se postulan 21 listas- habrá interna entre el intendente y ex ministro de Desarrollo Social nacional, Juan Zabaleta, y el camporista Damián Selci.

Habrá tensión en Lanús, cuatro boletas de Unión por la Patria -entre las 24 nóminas en total- buscarán arrebatarle el cargo al precandidato Diego Kravetz, intendente interino del partido, que asumió el puesto en abril de este año tras el pedido de licencia de Néstor Grindetti. También en San Miguel, donde se presentaron 25 listas en total y los cuatro precandidatos de Unión por la Patria enfrentarán al actual intendente Jaime Méndez, aliado a Joaquín de La Torre y de Bullrich- que a su vez será desafiado en el frente interno por Max Perkins, aliado a Rodríguez Larreta. Y en San Isidro donde Ramón Lanús y Eduardo Ruffa desafían a Macarena Posse.

En toda la provincia se espera un votación larga y difícil.

En el armado electoral Unión por la Patria optó por una lista única en dos tercios de los partidos bonaerenses y solo irá a internas en 46 de ellos. En tanto, la alianza Juntos por el Cambio escogió una estrategia distinta: en 123 distritos se medirá en internas y solo tendrá una boleta única en apenas 12 partidos.

Todos los candidatos observan con atención un indicador: el rechazo creciente a participar del electorado en una compulsa millonaria orientada al interior de los partidos.

Históricamente la participación en las PASO de la provincia de Buenos Aires se mantiene estable y ronda en tres cuartos sobre el total del electorado. En 2011, cuando se implementaron por primera vez las elecciones primarias, el ausentismo fue del 20,5%. Se superó cuatro años después, en 2015, hasta alcanzar el 25,75%. Pero en cambio, disminuyó levemente al 24,99% en las PASO de 2019, que dieron lugar al triunfo de Kicillof.

El número del ausentismo será observado con atención por todos los políticos. En caso que baje se leerá como un llamado de atención a la oferta que proponen. Y obligará a reformular propuestas para ir a captar más votos de cara al 22 de octubre.

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