Las razones del fin de la hegemonía kirchnerista en Santa Cruz

EL CALAFATE.- ¿Se derrumbó el imperio kirchnerista en Santa Cruz después de 32 años en el poder? Pocos se animan a afirmarlo en esos términos. Sin embargo la llegada a la gobernación del sindicalista peronista Claudio Vidal generó un cimbronazo sin precedente en la política local. La ausencia de Cristina y Máximo Kirchner en la campaña, la crisis política interna de un partido hegemónico sin discusión política interna, la falta de nuevos liderazgos y una crisis educativa de arrastre que golpeó a cada hogar santacruceño, son algunas de las claves para entender la derrota del kirchnerismo en su propia cuna.

Fue una victoria voto a voto, ni amplia ni batacazo; hasta que no estuvo finalizado el escrutinio provisorio ningún candidato se arriesgaba aquí a festejar o a reconocer la derrota. Vidal ganó con el 46,48% ante Unión por la Patria, que marcó 43,82%. Fueron 4.301 votos la diferencia, los que en definitiva desbancaron al kirchnerismo de la gobernación, vigente, con matices, desde 1991 cuando Néstor Kirchner llegó a la gobernación.

“Vidal también es la expresión de un sector muy importante de una sociedad hastiada de lidiar desde hace décadas con los mismos problemas, por ejemplo la falta de agua potable”, explica Rafael Flores, ante la consulta de La Nación. Flores compartió con los Kirchner espacios políticos antes que ellos llegaran a la gobernación. En ese año Flores era diputado nacional, sin embargo su vínculo con los Kirchner se quebraría pronto por diferencias irreversibles en la forma que tenían los Kirchner de construir el poder.

Flores fue una de las pocas voces que en el 2003 cuestionaba a los Kirchner. Hoy si bien no vive en Santa Cruz sigue la realidad de su provincia al dedillo. “Me parece que la tendencia nacional influye mucho en las provincias. Hoy una persona de Río Gallegos consume los mismos insumos informativos que el que vive frente al obelisco. Entonces un emergente disruptivo como Javier Milei resulta atractivo también en Río Gallegos, aunque sus realidades no sean del todo iguales”. A tres décadas de haberse alejado de los Kirchner cree que la hegemonía K ya no es tal.

Luego de la invasión de mensajes electorales en las redes sociales, desde el lunes hay un silencio atroz en las oficinas públicas. Los más de 73 mil sueldos que el Estado paga, no alcanzaron para que Unión por la Patria se imponga. La suerte estaba echada, no cambió la historia ni siquiera con el pago del bono extraordinario de $60 mil y $100 mil pesos que el Estado, principal empleador de la provincia, anunció para el sector.

¿Pero qué pasó para que el kirchnerismo perdiera su hegemonía? Para Juan Vilaboa, profesor de ciencias sociales y docente investigador universitario que ha estudiado el peronismo en Santa Cruz, se inicia una etapa cercana a la reconstrucción del diálogo político, “en estos años es algo que estuvo clausurado, era blanco o negro, el desafío ahora es cómo se arma el diálogo plural, algo a lo que la gente no está acostumbrada”, reflexionó ante LA NACION.

Y adjudica la derrota a “la incapacidad que tuvo el kirchnerismo de generar nuevos cuadros, el debate interno se fue fragmentando, de lo que supo ser el viejo Ateneo que era vertical y coherente, ahora se fragmentó en “tribus” que a su vez son líneas paralelas sin una orgánica muy clara y con fuertes tensiones internas”.

Para Vilaboa, docente e investigador en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral “no alcanzaron a armar una estrategia clientelar, algo les pasó, en toda esa balcanización, sino tendrían que haber manejado la retención los votos”. El historiador considera que falta una figura que empiece a juntar los pedazos del peronismo.

Algunas de las fuentes consultadas consideran que la crisis de la conducción local empezó cuando Néstor Kirchner partió a la Presidencia en el 2003. Sin embargo, el historiador cree que hay una crisis de todas las fuerzas políticas que se incubó entre 1989 y 1998. En esa década se estableció la ley de lemas como sistema electoral, la reelección indefinida del gobernador, se creó la figura del diputado por pueblo que desvirtuó la representación de las minorías, se amplió la corte de justicia, se borró de un plumazo el cargo del procurador general de Justicia, sacando a Eduardo Sosa de su cargo.

Sosa llevó una larga lucha en solitario desde que en 1995 fue apartado del cargo. Su caso llegó a la Corte Suprema y pese a la orden de ser repuesto en el cargo, la provincia y las sucesivas administraciones, no cumplieron jamás. Su remoción fue un emblema y un mensaje de amedrentamiento para la justicia provincial.

Hoy, casi tres décadas después del hecho que marcó su salida del sistema judicial, Sosa no dejó de ser mesurado en sus apreciaciones. “Sin decir algo tan categórico, tengo la impresión es que se ha terminado la forma en que el kirchnerismo tenía de llevar adelante sus políticas”. Y enumera: “es un modelo agotado, donde hay más pobreza, no ha habido crecimiento, donde hemos perdido oportunidades magníficas”.

Y marca algo más: “Se advierte que por la forma de llevar adelante el kirchnerismo, con un culto a la personalidad, sin control, han producido este resultado tan lamentable en el cual se han enriquecido unos pocos a partir de la corrupción y mientras la mayoría de la población quedó en la pobreza”.

Los datos del INDEC para el último semestre del 2022 arrojó un índice de pobreza de 37,4% de la población de Río Gallegos, y de 7,3% de indigencia. Es decir que en la ciudad que gestó el kirchnerismo, 1 de cada 3 personas es pobre.

La crisis del sistema educativo que menciona Vilaboa como deuda pendiente es el tema del que nadie aquí quedó indiferente, es la realidad que atravesó a cada localidad de Santa Cruz-. Es la gran materia pendiente del gobierno de Alicia Kirchner, la última administración kirchnerista de estas tres décadas. Solo en la primera mitad del año se perdieron 57 días de clases por paro docente. El presupuesto provincial de 2023 proyectado en $ 469.812.357.500 millones no pudo evitar el desastre educativo.

Pedro Muñoz, nació en Caleta Olivia, es profesor de historia y diputado electo por el ARI-Coalición Cívica desde diciembre. El único de los 24 diputados que no pertenecerá ni a Vidal (once diputados) ni al kirchnerismo (doce diputados). Antes de ingresar a la política, fue secretario general de la Asociación de Docentes de Santa Cruz, ADOSAC, el gremio que en el año 2007 puso pata de cabezas a la provincia, para él, ese año el kirchnerismo empezó a perder fuerzas.

“A pesar que parezca mucho el tiempo el transcurrido, los procesos históricos y sus consecuencias se profundizan en el tiempo. Yo creo que la situación a la que hoy se arribó en la provincia es parte de ese proceso y el 2007 marcó un inicio de profundos cambios en la relación entre el pueblo y el kirchnerismo. Ese año se rompió con muchas cuestiones, pero sobre todo con la política de generar disciplinamiento y autoritarismo”.

Para Muñoz esa masa de la población que votaba al kirchnerismo se fue desgranando, fundamentalmente a partir de 2011. “No sé si se ha terminado el kirchnerismo, quizás mute, quizás se transforme en otras fuerzas, todas englobadas dentro del peronismo. Así como ocurrió con el menemismo, su salvataje siempre será el movimiento peronista y ahí surgen y aparecen interiormente sectores, todos enmarcados en eso. Es posible que para adelante sigamos con un peronismo, no kirchernista o no tanto”.

El 2007 fue un año en que emergieron nuevos actores políticos, tal el caso de la docente Gabriela Mestelán, que fundó junto a un puñado de ciudadanos movilizados, el partido Encuentro Ciudadano. El domingo pasado fue candidata a vicegobernadora en la fórmula que llevó al radical Daniel Gardonio. Fueron la segunda fórmula más votada dentro del frente de Vidal y ven con expectativas los anuncios de las últimas horas de cómo el sindicalista promueve un gobierno de apertura.

El 2007 fue un año en que emergieron nuevos actores políticos, tal el caso de la docente ella lo hizo “de manera hegemónica y corrupta” y agrega “la hegemonía resquebrajándose con disputas internas que con creces pagamos los habitantes de la provincia”. Y consideró que la educación, la salud y el trabajo fueron los tres grandes problemas que se fueron agravando con los años.

“Amañaron a la Justicia, que ampara la impunidad. Acallaron el debate público en la Legislatura con sus mayorías y la ciudadanía este año dijo basta, entre otras cosas, ayudada por una la madurez política de algunos los partidos de la oposición, que se expresó en una acertada estrategia electoral”, analizó Mestelán ante la consulta de LA NACION.

Mario Novak, periodista e historiador y exdirigente sindical, lleva casi cuatro décadas siguiendo los avatares de la realidad provincial, considera que el resultado electoral dejo a la vista el agotamiento de figuras y considera que la ola nacional de Milei también pegó aquí, quien inéditamente ganó la provincial “esto es la bronca de la gente contra la dirigencia tradicional, de la que dicen se ha enriquecido los políticos y el común de los habitantes siguen hundiéndose en la pobreza”.

Vidal no es kirchnerista, pero sí, peronista, según él mismo se presenta. En esa clave lo lee Novak, “se advertía que la base que movilizó (Vidal) aquí en los barrios, es una base peronista, no hay que desconocer que su origen es sindical y en consecuencia peronista. Entonces la movilización se dio en lugares barriales de la capital y también por militantes que buscaban una renovación con el hartazgo de lo que significaban tres décadas en el poder”, analizó Novack, mirando a octubre aventura: “ahora es la disputa de las intendencias, para lo cual, montado en esta ola, el sector de Vidal, tiene enormes chances de quedarse con la capital de Santa Cruz”.

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