Tomás Cubelli jugaba como medio scrum en los Brumbies, en Canberra, Australia, cuando se le ocurrió un negocio. Durante una visita de su hermano Francisco, fueron a un supermercado y, parados frente a la góndola de la miel, tuvieron una gran idea. Había una impresionante variedad de productos, envases, variedades. “Allá hay mucho conocimiento sobre miel, es como en la Argentina ahora con el café, por ejemplo. Son países parecidos, la Argentina y Australia, países productores, pero ellos venden mucho mejor sus productos”, le cuenta Tomás a LA NACION. Así nació el gérmen de Miel Montecitos, el emprendimiento que los hermanos tienen desde 2018.
La Argentina es uno de los tres principales productores de miel a nivel mundial. Además, es el segundo exportador del mundo, con un promedio de producción de alrededor de 75 mil toneladas anuales, según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. “Pero el tema es que esa exportación es a granel. El 99% de la exportación de miel argentina no tiene valor agregado. Entonces, un país como Nueva Zelanda, por ejemplo, con una nivel de exportación mucho menor, de 15 mil toneladas anuales, genera muchísimo más valor, porque exporta la miel fraccionada. Había un desafío y una oportunidad”, dice Francisco, que antes de Montecitos trabajaba en Quilmes, además de haber sido jugador de Belgrano Athletic.
Montecitos, ubicada en Puan, provincia de Buenos Aires, y que cuenta también con Diego Sola Prats como uno de sus inversores, empezó envasando sus productos a mano. Hoy trabajan diez personas, que fabrican alrededor de 250 mil unidades al año. Las distribuyen en todo el país a través de los locales de Disco, Jumbo, Carrefour, Walmart y Dietéticas Tomy. “La idea es triplicar la cantidad de producción”, dice Francisco. La empresa instaló en mayo pasado nuevas máquinas para procesar y fraccionar la miel, e instalará una segunda tanda en diciembre, para poder ampliar su capacidad.
El próximo paso es exportar. La empresa ingresó a la Cámara argentina de Fraccionadores de Miel, y analiza las certificaciones necesarias para poder ingresar su producto a Estados Unidos y la Unión Europea. “También participamos en ferias, que son un lugar importante para generar contactos y dar a conocer el producto. En septiembre vamos a ir a la feria mundial que se organiza en Chile. Y también, a través de la Embajada de la Argentina en Japón, mandamos nuestro producto a supermercados y cadenas japonesas”, dice Francisco.
“Tenemos la mejor miel del mundo”, dice Tomás, y destaca que Montecitos logró el certificado de producto orgánico en la Argentina. “Conocemos a todos los apicultores de la zona, trabajamos solo con miel de la zona. Trabajamos con ellos, también generando un circuito sustentable y preocupándonos mucho por el medio ambiente”, agrega. Además, Francisco suma que seis de las diez personas que trabajan actualmente en la empresa son de la localidad de Puan o alrededores, lo que genera un “fuerte sentido de pertenencia y arraigo”.
Y más allá de su beneficio para la zona y como negocio, Francisco también destaca lo que Montecitos le aporta a su carrera en el rugby. Actual jugador de los Miami Sharks, la nueva franquicia que compite en la Major League Rugby, con equipos de Estados Unidos y de Canadá, el medio scrum dice que el mundo del deporte le aporta “disciplina, voluntad y tolerancia al fracaso” a la hora de emprender. Mientras que su rol como inversor le suma “racionalidad y planificación” a sus entrenamientos. “Son dos mundos muy distintos, pero que se pueden potenciar uno al otro”, dice.
