Por las elecciones concurrentes, refuerzan con más presidentes de mesa la votación en la Ciudad

Los electores de la ciudad de Buenos Aires se encontrarán el domingo con una novedad en la escuela en la que deben votar: además de contar con dos urnas, una para elegir candidato a presidente y vice y otra, con máquina electrónica, para votar jefe de Gobierno, se encontrarán con que puede haber dos, tres y hasta cuatro presidentes de mesa.

Según pudo saber LA NACION, esto será así porque la Justicia electoral federal dispuso un refuerzo de las autoridades de mesa, dada la complejidad que tiene este sufragio donde por primera vez se realizarán dos elecciones de manera simultánea y “concurrente”.

En la ciudad de Buenos Aires habrá 7326 mesas que se distribuirán en los centros de votación, en su mayoría escuelas. En cada mesa se convoca habitualmente a un presidente de mesa y a un suplente. Durante la pandemia de coronavirus, en las elecciones de 2021, se convocó a dos autoridades de mesa y a una tercera para la mitad de las mesas.

Pero este año, la jueza federal con competencia electoral María Servini dispuso reforzar el operativo para que en una misma mesa de votación pueda haber más de una autoridad de mesa, de modo de acelerar el proceso. Así las cosas, se convocaron a tres presidentes de mesa para cada una de las 7326, pero además se convocó a un cuarto presidente de mesa, mesa por medio. En total entonces, salieron casi 25.000 telegramas convocando a autoridades de mesa.

Algunos vinieron de regreso o los convocados se excusaron, pero fueron reemplazados por otros. Toda esta tarea obligó a multiplicar el dictado de clases para capacitar a los presidentes de cada mesa. Se armó una sucesión de charlas en la Legislatura porteña donde durante 15 días, de 9 a 18, no paraban de pasar grupos de hasta 80 personas en dos salones.

Ahora se sumaron a la capacitación salas en el Palacio de los Tribunales. El jueves de esta semana, mientras medio centenar de integrantes de pueblos originarios se encadenaban frente al Palacio de Justicia y cortaban la calle Lavalle para protestar, por una puerta lateral, sobre la calle Tucumán, ingresaban un centenar de presidentes de mesa que se dirigían a una sala en la planta baja y a otra en el cuarto piso. Eran los alumnos que cumplían con los cursos necesarios para manejar cada mesa.

Tanta es la cantidad que se dispusieron clases especiales este mismo sábado para terminar de capacitar a los convocados. Tantas precauciones son necesarias porque este año, en las elecciones se realizará una doble votación, con boleta de papel, por un lado, y con boleta electrónica por otro. Esta tarea de votar autoridades nacionales con papel, y autoridades de la Ciudad con la máquina de votar, hará que el proceso sea más lento. En cada mesa se acomodaron 350 electores.

Los cálculos realizados por la Justicia electoral señalan que una secuencia de cuatro electores, tardarían unos seis minutos con 30 segundos. Con este simulacro, que ofreció los resultados más optimistas, considerando que vote el 100 por ciento del padrón, los votantes tardarán 9 horas y 47 minutos, es decir, casi la totalidad de las 10 horas del horario habilitado para la totalidad el padrón. Aunque siempre acuden entre un 70 y 80 por ciento.

Los funcionarios judiciales hicieron varias pruebas: comenzaron una votación elector por elector y cada uno tardó en completar las dos votaciones simultáneas 2 minutos y 14 segundos, pero con el correr de la prueba, ese tiempo se acortó a 1 minuto y 30 segundos, con lo que ya se estaba dentro de las 10 horas en las que se está habilitada la elección.

Por eso son necesarias más autoridades de mesa, de modo que mientras un votante se acerca a la mesa y se busca su número en el padrón, otro ya sale del biombo con su voto y lo coloca en la urna y otro está votando en la maquina electrónica y colocando ese voto en la otra urna. Se busca hacer una secuencia y que no se detenga. La ley no establece un límite de tiempo para que las personas estén en el cuarto oscuro o frente a la máquina de votar. Pueden tomarse el tiempo que quieran.

Los organizadores del comicio se imaginan que los electores harán un recorrido como si fuera una letra M o una letra O, depende de la ubicación de la mesa, del biombo y de la máquina. El biombo debe estar lejos de la vista del público para que la elección de la boleta sea secreta, pero la máquina debe estar colocada frente a las autoridades de mesa, que no ven a quien vota el elector, pero debe verlo manipular la pantalla. Para evitar que el elector sea espiado, se mandaron a colocar orejeras de cartón en las máquinas, para que nadie mire la pantalla de costado, dado que las mesas, estarán más juntas de lo habitual.

La Justicia recomienda ir a votar temprano para evitar colas y que se cierre la mesa antes de que se pueda votar. También que el votante debe ir a la escuela con su número de mesa, pero también con su número de orden, para ser encontrado más rápidamente en el padrón por las autoridades de mesa. El voto es obligatorio en los dos sistemas: con boletas de papel para las autoridades nacionales, y con la máquina para jefe de Gobierno de la Ciudad. Si alguien se niega, se labrará un acta.

Las urnas

El proceso de armado de urnas en la ciudad de Buenos Aires ya comenzó. En un predio especial de la Villa Olímpica, en el Parque Roca de Villa Lugano, se arman pallets, donde están colocadas las urnas en el orden en que se serán descargadas de cada uno de los 78 camiones que las llevarán a cada colegio. A cada urna la acompaña una bolsa con las boletas de papel. En paralelo, en otro salón, se arma cada urna del voto porteño con la máquina destinada a cada mesa de la ciudad. Otros 78 camiones harán el recorrido para dejarlas en los colegios y armar los lugares de votación entre hoy y mañana. Estarán custodiados por integrante de las fuerzas armadas, de las fuerzas de seguridad federales y de la policía de la Ciudad.

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