Con incertidumbre por las candidaturas, los gobernadores oficialistas se reúnen en Buenos Aires para hacer oír su voz

La moneda está en el aire en el Frente de Todos (FDT). A una semana de que se inscriban las alianzas electorales, no se sabe si habrá un candidato de unidad o una contienda interna y mucho menos están decididos los candidatos a la fórmula presidencial. En ese clima de incertidumbre, los gobernadores peronistas se reunirán mañana al mediodía en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), su “sala de reuniones” porteña. Los mandatarios provinciales no tienen, a priori, una postura homogénea. Pero quieren hacer valer su peso territorial y ser tenidos en cuenta en el diseño de oferta electoral.

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Son horas de negociaciones vertiginosas. Así, según pudo reconstruir LA NACION en la previa, varios gobernadores coincidían en la necesidad de pedir un ordenamiento del espacio oficialista que sintonice con la coyuntura de crisis económica. Algunos de ellos, en sus conversaciones informales de los últimos días, fueron más a fondo y coincidieron en que lo mejor es que se defina una fórmula de consenso para que todo el peronismo se encolumne detrás.

Parado en esta postura está, por ejemplo, el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. Quienes hablaron con él en las últimas horas lo escucharon decir que “ir una interna en el Gobierno sería una locura”. Hasta hoy a la tarde, en tanto, era una posibilidad que participara el gobernador reelecto de Salta, Gustavo Sáenz. De participar, podría inclinar la balanza por la idea del candidato único: el salteño es un aliado crucial de Sergio Massa y el ministro de Economía está por estas horas jugando a fondo para evitar que haya una PASO en el FDT.

PASO y fórmula

Hay otros gobernadores, no obstante, que tienen posturas más blandas. Ninguno hace un operativo clamor, pero están más permeables a una PASO en la categoría presidente o descuentan que un escenario de interna será inevitable. Omar Perotti (Santa Fe), por caso, deslizó en las últimas horas que “hay que hacer todo lo que permita una mejor participación” en las elecciones. Lo dijo un día antes del cónclave en el CFI, durante el encuentro titulado “¿Qué Argentina queremos ser?”, organizado por el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis en el CCK, por el que desfiló otra media docena de gobernadores.

Un actor importante de la reunión será el formoseño Gildo Insfrán. Presidente del Congreso Nacional del Partido Justicialista, es quien tiene formalmente la lapicera para inscribir la alianza del Frente de Todos la semana próxima, que probablemente cambiará de nombre para dejar atrás la experiencia del gobierno actual. El cacique formoseño ya mantuvo las primeras reuniones con Cristina Kirchner y Alberto Fernández. Por ahora solo expresó que hará “lo que sea mejor para que gane el peronismo”, como dando a entender que no se dejará llevar por las conveniencias de ningún actor.

Quien seguirá muy de cerca el cónclave de los gobernadores es Eduardo “Wado” De Pedro. En su afán por coleccionar apoyos políticos que tallen para entronizarse como candidato, el ministro del Interior ya logró elogios en boca de algunos mandatarios, pero todavía no logró que un número significativo le levante la mano. El riojano Ricardo Quintela es, hasta acá, el que más e jugó por él. El funcionario nacional cree lograr el aval del catamarqueño Raúl Jalil -que fue menos explícito- y descuenta el respaldo de Alicia Kirchner.

Axel Kicillof, en tanto, participará de la reunión en el CFI, aunque en La Plata aseguran que irá con agenda abierta. El gobernador bonaerense se cuida de sentar posición de cara a las definiciones nacionales, porque sabe que su palabra puede ser indicativa de la estrategia de Cristina Kirchner. Más aún cuando su nombre sigue siendo una opción vigente como salida de último minuto, si la vice observa que la alternativa de “Wado” no llega a demostrar una performance aceptable en las encuestas. “Siempre es mejor un candidato de consenso. Pero si hay que ir a las PASO porque no hubo instancia de acuerdo, no tenemos inconveniente”, dicen, ambiguos, cerca del mandatario provincial.

Si bien la mayoría de los gobernadores desacopló sus elecciones para desmarcarse de la crisis del Gobierno, ellos quieren tener voz en las definiciones nacionales. Primero, porque deberán colgar las listas de diputados nacionales al paño nacional. Segundo, porque varios manifiestan intenciones de integrarse en la fórmula presidencial.

Jorge Capitanich fue explícito días atrás cuando preguntó: “¿Vamos a seguir siendo furgón de cola del federalismo?, ¿Todos los candidatos van a seguir siendo de Buenos Aires? ¿No tenemos capacidad de influir en nada?”. Punzante, el gobernador de Chaco también lanzó: “Para ser candidato a presidente se tiene que haber ganado elecciones”. Muchos lo leyeron como un tiro por elevación a De Pedro, aunque el ministro del Interior tuvo un cargo electivo como diputado.

“Los gobernadores van a querer estar representados en la fórmula”, aseguró a LA NACION un colaborador de una provincia del norte. Aunque en Santiago del Estero lo niegan, la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala -ex gobernadora y esposa de Zamora- aparece en el menú del kirchnerismo como potencial candidata a vice.

Lo cierto es que los gobernadores no tienen una postura unificada a priori. “Vamos a socializar la información”, se sinceró Sergio Zillioto (La Pampa) en el CCK. Los caciques provinciales tampoco tienen conductor claro. El tucumano Juan Manzur, que parecía un primus inter pares, quedó fuera de juego en su provincia por el fallo de la Corte. Hasta este martes no había confirmado su presencia en Buenos Aires.

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