Elecciones: Ecuador vota tras una campaña marcada por el miedo y la muerte

QUITO.- Ecuador vuelve a las urnas este domingo para decidir en qué manos deposita el poder político para salvar a su país. Los candidatos elegidos para la presidencia, la vicepresidencia y la disuelta Asamblea Nacional dispondrán de apenas 18 meses –terminarán el mandato de Guillermo Lasso– para enderezar el rumbo a la deriva en un país sitiado por el narcotráfico y por la impunidad. Dos flagelos que se cobraron la vida del candidato presidencial Fernando Villavicencio en plena campaña, el magnicidio más importante en América Latina en lo que va de siglo junto al del presidente haitiano Jovenel Moïse.

Ante la amenaza de convertirse en la Colombia de los 90 o en el México de los últimos tiempos, el país más pequeño de los Andes, famoso por sus bellezas naturales, corre el riesgo ahora de sucumbir ante la violencia tras el fracaso del conservador Guillermo Lasso, víctima de las traiciones políticas y de la gestión ineficaz en su gobierno. Y todo ello con partidos políticos, liderazgos y la propia democracia cuestionadas por su gente, como en gran parte del continente.

“Es la última oportunidad para la gente buena, gana la patria o ganan las mafias”, advirtió pocos minutos antes de morir el periodista-candidato que luchó a pecho descubierto contra la corrupción. Villavicencio planteó semejante disyuntiva sabedor del momento histórico que vive un Ecuador desconocido para sus propios habitantes, con las mafias del narcotráfico y del crimen organizado extendiendo sus garras desde una costa que hicieron suya como puente de la cocaína hacia Estados Unidos y Europa.

El atentado contra la democracia en Ecuador llegó en el momento de su mayor debilidad a nivel continental, con el populismo emergente que se aprovecha del desencanto con dirigentes y partidos políticos corroídos por la corrupción y sacudidos por los efectos colaterales que ha provocado la pandemia. Su sustituto, el también periodista de investigación Christian Zurita, lo reconoció sin pestañear, protegido con un casco, chaleco antibalas y un despliegue enorme de fuerzas especiales: “Es el momento más oscuro de este país. Hay que luchar por la democracia que debe entenderse como el sentido de una nación”.

Violencia hasta el último momento

Como no podía ser de otra manera, los tiroteos reventaron este sábado la jornada de silencio, que precede a la apertura de las urnas, pese a que desde la semana pasada reina en todo el país el estado de excepción. Una balacera interrumpió el desayuno familiar en Guayaquil del candidato presidencial Otto Sonnenholzner. “Esta balacera es un ejemplo más de lo que los ecuatorianos enfrentamos a diario: salir a la calle sin saber si volveremos y ser víctimas de una inseguridad que está completamente fuera de control. Ahora más que nunca no nos rendiremos”, reaccionó el exvicepresidente centrista en redes sociales.

Dispararon afuera del local donde desayunaba el candidato presidencial Otto Sonnenholzner en Ecuador https://t.co/BC5NUxR3G0 pic.twitter.com/rhaFj1VDK5

— Monitoreamos (@monitoreamos) August 19, 2023

Sonnenholzner posaba en un restaurante para el selfie que le había reclamado una admiradora. De inmediato se escucharon los disparos y cundió el pánico entre los presentes, mientras los escoltas protegían con un escudo al candidato. Las autoridades han confirmado que el intercambio de disparos se produjo durante la persecución de cinco delincuentes, finalmente detenidos, que habían robado en una tienda de deportes.

Horas antes fue Pancho Tamariz, alcalde del partido correísta Revolución Ciudadana en La Libertad, quien denunció el “atentado” sufrido en la noche junto a su mujer. La camioneta blindada en la que viajaban recibió una treintena de balazos realizados por una patrulla porque “hicieron caso omiso a parar”, declaró el jefe de la Policía.

El alcalde La Libertad, Francisco Tamariz, denunció que la Policía disparó su auto sin razón. Por su lado, la Policía jura que los autos del alcalde y de los custodios evadieron el operativo de seguridad y por eso utilizaron sus armas. Mira las dos versiones. pic.twitter.com/bTA8JMsjIm

— La Posta (@LaPosta_Ecu) August 19, 2023

Nos dieron bala sin razón ni explicación ninguna. Huir fue lo lógico mientras vivíamos un infierno. Dios hizo que hoy estemos vivos”, reclamó el alcalde.

Deterioro

La violencia llegó a Ecuador sin avisar, pese a que se mascaba desde hace años. Su situación estratégica entre los grandes productores de cocaína (Perú, Colombia y Bolivia), el pressing al que se ven sometidos los narcos en los países vecinos, la corrupción reinante en las instituciones estatales, los efectos devastadores de la pandemia y la dolarización monetaria se confabularon para atraer también al país a los grandes carteles mexicanos.

Sinaloa y Jalisco Nueva Generación captaron a las bandas locales, que han crecido en tamaño y en fiereza. Los Choneros, Los Lobos, Los Tiguerones, Los Lagartos, los Chone Killers, los R7, Los Fatales y Los Gángsters se han hecho tan famosos como los equipos locales de fútbol o los cantantes de moda.

La sangre corre pese a los estados de excepción aplicados en las zonas más peligrosas del país, cerca de la costa. Hasta finales de julio las autoridades contabilizaron 4500 muertes violentas, cuando en todo 2022 sumaron 4600. Sólo en julio hubo 742 homicidios, en su mayoría vinculados a la guerra criminal entre bandas. La cifra anual se acerca a los 40 homicidios por cada 100.000 habitantes, algo impensable en otros tiempos.

Los videos grabados por las cámaras de seguridad abren noticieron y recorren las redes sociales para terror de los ecuatorianos. En el mismo día, una pareja fue asaltada por nueve delincuentes, que les rodearon con sus motos. En Quevedo, 15 personas tomaron un colectivo para robar a todos sus usuarios.

Las cárceles son, además, centros de operaciones y de reclutamiento, que ya se ha cobrado la vida de 460 reclusos desde 2020. Degollamientos y ahorcamientos compiten en crueldad con la violencia en el exterior. En definitiva, un Ecuador inédito e inaudito.

Es precisamente la inseguridad la que ha ayudado en buena manera a torcer el brazo de Lasso, quien se rindió a mitad de su mandato maniatado por la mayoría opositora. La impopularidad de su gobierno es de tal calibre que decidió no lanzarse a la reelección ni tampoco proponer un candidato de su movimiento, Creo. Ni siquiera presentarán una lista en las elecciones parlamentarias, que también se celebran hoy.

Hastío

El miedo y el deseo de cambio se sienten a la par en las calles ecuatorianas. Un electorado hastiado que quiere cambiar muchas cosas en su país, pero que no sabe cómo. Electores que buscan algo nuevo mientras las ideologías pierden peso. Y con una mayoría de votantes, más del 50%, por debajo de los 30 años.

Ante semejante encrucijada, los candidatos emergentes pugnan para competir en el ballottage contra Luisa González, la dirigente fiel elegida por el expresidente Rafael Correa para preparar su regreso por la puerta grande, pese a su condena a ocho años de cárcel por corrupción.

En unas elecciones sobradas de interrogantes e incertidumbres, la mano dura del populista Jan Topic, de 40 años, pretende luchar con fiereza contra la delincuencia durante los 18 meses de mandato. Se parece a otro millennial, el salvadoreño Nayib Bukele, admirado por muchos en las Américas pese a su vertiginosa deriva hacia la autocracia.

Lo mismo busca Daniel Noboa, de 35 años, centroderechista hijo de Alvaro Noboa, el eterno candidato presidencial, y la gran sorpresa gracias a su buen debate electoral. Y a la espera de un milagro, el otro valiente, Zurita, que sube a toda velocidad en las encuestas, pero que parece no tener tiempo suficiente para dar la gran sorpresa. “Gracias hermanos de lucha por no rendirse, por hacer realidad aquel lema de Fernando: muerto, pero no derrotado”, insistió el periodista.

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